Se forma un comportamiento basado en valores, en la agilidad mental y en la creatividad, junto con una excelente gestión del conocimiento, en la asunción de riesgos, en la capacidad de resolver problemas, en la pasión por los resultados de la actividad empresarial y en la capacidad de crear equipos.
Estos comportamientos y capacidades convierten a los profesionales de alto potencial en líderes con autoridad moral, efectivos para pasar a ser motores del crecimiento de la empresa.
Los profesionales comparten con el mentor la exploración de necesidades, las motivaciones, los objetivos apropiados y las formas de fomentar el compromiso con la acción y con la evaluación de los logros. También son testigos de excepción de cómo el mentor observa, escucha y hace pruguntas para entender las situaciones y de cómo facilita el proceso de pensamiento del profesional para que éste identifique soluciones, tome las decisiones y ehecute las acciones pertinentes. Y todo este proceso de ayuda al aprendizaje hace aprender al profesional cuando lo aplica a sus propias situaciones personales y profesionales, así como en sus relaciones con sus colegas y colaboradores
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